miércoles, 23 de julio de 2014

Wittgenstein, ¿Saber jugar al ajedrez es un proceso interno?

Me encuentro en la página 423 de las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein, dice así:


«¿Qué le replicaríamos a alguien que nos comunica que en él la comprensión es un proceso interno? -¿Qué le replicaríamos si dijera que en él el saber jugar al ajedrez es un proceso interno? -Que a nosotros no nos interesa nada de lo que ocurre dentro de él cuando queremos saber si sabe jugar al ajedrez».
Y llegados a este punto desearía preguntar, ¿en qué casos sí nos interesaríamos por lo que ocurre dentro de alguien? ¿Interesarse por lo que ocurre dentro de alguien equivale a interesarse por un proceso interno? ¿En qué medida un juego, de lenguaje o no, puede consistir en tratar de alcanzar a comprender lo que ocurre dentro de alguien? ¿Interesarse por lo que siente de corazón es interesarse por lo que ocurre dentro de alguien? ¿En qué medida el «malentendido» puede transformase en su contrario «bienentendido»? 

lunes, 21 de julio de 2014

En torno a la entrada 672 de las Investigaciones Filosóficas de Wittgenstein

Me encuentro leyendo el punto 672 de las Investigaciones Filosóficas de Wittgenstein, que dice así:
«672. Suponiendo que la actitud receptiva se pudiera denominar un 'indicar' algo -en todo caso ese algo no es la sensación que recibimos».
Y después de leerlo me quedo pensando y descubro que me hubiera gustado preguntar: ¿pero a pesar de todo en algunas ocasiones quedan indicadas algunas sensaciones? ¿No es posible señalar una sensación? Y ello aunque sea cierto que la sensación señalada o indicada no sea la que recibimos. Pero entonces, ¿qué sensación queda indicada? ¿En dónde se encuentra la sensación señalada?
Quiero decir que doy por cierto que si llamara a alguien por teléfono y le dijera: «Esta mesa es demasiado alta», al mismo tiempo que señalara la mesa con el dedo (670), aquí el señalar la mesa con el dedo no desempeñaría un papel en el juego. Pero aun así yo señalaría una mesa. Y entonces preguntaría ¿dónde está la mesa que queda señalada? No en la precisa localización que señalo con el dedo. Sin embargo, me gustaría decir que sí en el lugar señalado por mí.

miércoles, 2 de julio de 2014

Párrafo 271 de las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein.

Dice así:
271. «Imagínate un hombre que no pudiera retener en la memoria qué significa la palabra 'dolor' -y que por ello llamase constantemente así a algo diferente- ¡pero que no obstante usase la palabra en concordancia con los indicios y presuposiciones ordinarios del dolor!» -que la usase, pues, como todos nosotros. Aquí quisiera decir: una rueda que pueda girarse sin que con ella se mueva el resto, no pertenece a la máquina.
Leo este párrafo una y otra vez. Creo entenderlo. Pero aun así todavía me queda una pregunta. Desearía haber podido preguntar, si no pertenece a la máquina la rueda que puede girarse sin que con ella se mueva el resto¿qué sentido tiene esa rueda? ¿Cómo ha venido a parar la rueda ahí en esa máquina? ¿Pertenecerá a otra máquina, habrá un lugar distinto de pertenencia? ¿Cuál? ¿Cómo saber de él, si es que pudiera saberse?
Y después de pensar en estas preguntas, no sé por qué me viene al pensamiento la lógica de Aristóteles. Quizá me inquiete la pregunta por el lugar de pertenencia... Si la máquina no es el lugar de pertenencia de esa rueda, ¿a qué lugar pertenecerá?