domingo, 20 de octubre de 2013

Las andaderas del Juicio, según Kant.

Comprendo por posición de valor el lugar ocupado por un individuo o persona y que da razón de lo por ella apreciado al actuar desde dicho lugar y, en consecuencia, al expresar lo descubierto desde dicha posición. Cabría considerar esta denominación cercana a la de punto de vista, sin embargo rechazo esta última expresión por distintas razones: la palabra punto me parece que desprecia el lugar del individuo reduciéndolo a la pequeñez, la remisión al sentido de la vista la estimo empobrecedora y, por último, no tendría porque considerarse un movimiento plenamente consciente (tal y como sí lo sería ofrecer lo visto desde un punto).
Esta explicación viene al hilo de que en el siguiente fragmento de Kant encuentro una diferencia fundamental entre la posición de valor del autor y mi posición de lector respecto de lo que espero encontrar al leer un texto filosófico:
En efecto, los ejemplos suelen tener, en lo que a la corrección y precisión de la comprensión intelectual se refiere, efectos más bien negativos, ya que muy pocas veces cumplen adecuadamente los requisitos de la regla (como casus in terminis). Además, suelen reducir el esfuerzo del entendimiento por comprender las reglas en su universaslidad, atendiendo a su propia suficiencia e independientemente de las especiales circunstancias empíricas. Por ello nos acostumbran a aplicar las reglas como fórmulas, más que como principios. Así, pues, los ejemplos son como las andaderas del Juicio, las andaderas de las que nunca puede prescindir quien carece del talento natural del Juicio. (Kant, Crítica de la razón pura, B173-174).
Esta cita ofrece de forma clara el valor que Kant atribuía a los ejemplos, al menos en la época en la que escribió estas palabras. Sin embargo, yo aprecio los ejemplos de otro modo. Cuando leo un texto no busco apreciar la universalidad de las reglas, lo cual no significa que la desprecie. Sencillamente, cuando leo un texto espero que el autor me hable desde el mundo en el que se encuentra, espero alcanzar a comprender la manera propia del autor de referirse al mundo que lo rodea. Desde esta perspectiva personal, entiendo que los ejemplos expresan encuentros realizados. Mediante ejemplos el autor refiere su modo particular de comprender lo que encuentra, allí donde él se encuentra. Consecuentemente, sucede que cuanto más particular o singular sea el ejemplo con mayor detalle ilustrará la posición del autor.
El movimiento que acabo de realizar constituye una inversión del valor. Por su parte, Kant no otorgó una relevancia excesiva a los ejemplos. Por mi parte, yo sí que otorgo un carácter relevante a los ejemplos, pues ellos me acercan al mundo desde el cual el autor escribía. Los ejemplos matizan el modo de comprender del autor, anclan particularmente el discurso con el mundo desde el que el autor habla. La razón de esta inversión de valor la encuentro en que mientras Kant perseguí desvelar las reglas universales por medio de las cuales el conocimiento humano adquiere carácter apodíctico, yo (dado que me encuentro en un lugar distinto del de Kant) persigo la manera de comprender propia del autor.
Precisamente, en el enunciado los ejemplos son como las andaderas del Juicio he encontrado una diferencia de posición de valor. Y por esta razón lo aprecio, porque en él he encontrado una manera propia del autor del texto, su pensamiento (pues con ese enunciado ha quedado algo pensado y yo no me considero el autor de este pensamiento aquí realizado). 

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