lunes, 24 de junio de 2013

Acerca de Husserl

La cita que quiero comentar la he obtenido del libro titulado Meditaciones cartesianas, concretamente de la página 49 de la traducción de Mario A. Presas, editada por Tecnos (1986):
[...], la actitud modificada fenomenológicamente y constantemente mantenida en esta modificación, consiste en el hecho de que se produce una escisión en el yo, por la cual sobre el yo ingenuamente interesado se establece el yo fenomenológico como espectador desinteresado. Que esto tiene lugar es a su vez accesible a una nueva reflexión, la cual, en cuanto trascendental, nuevamente exige adoptar precisamente esa actitud del observador desinteresado -con el único interés que le queda: el de ver y describir adecuadamente.
En este texto encuentro un yo escindido: por un lado un yo ingenuo y por el otro lado un yo como espectador desinteresado. Y al oír a Husserl me viene a la memoria las palabras de María Zambrano: No hay mayor interés que el interés desinteresado.
Así que me detengo a meditar sobre estas palabras y descubro, en la pretensión de ver y el describir adecuadamente, una inclinación personal de ese yo escindido. ¿Por qué ver y no escuchar, oler o tocar? Aquí encuentro una posición de valor, una preferencia o un interés manifiesto que atribuyo al autor: la persistencia de lo visto frente al acontecer fluyente de lo que se oye, se huele, o de lo que entra en contacto para dejar de estarlo. 
Por último, quiero dejar constancia de mi desagrado por el pensamiento de un yo escindido, podría conceder incluso que ese movimiento de escisión aportará descripciones adecuadas, pero al precio de separar o expulsar al yo del mundo que lo alberga. Aquí nace mi apología de la descripción inadecuada, que fundamento en la pregunta por el valor de esas descripciones (unas calificadas como adecuadas y otras ya descalificadas como inadecuadas).

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